El Principio del Diseño
Entender los propósitos específicos para los cuáles Dios creó a cada persona, objeto y relación en mi vida, y vivir en armonía con ellos.

El Principio de la Autoridad
Reconocer que Dios obra por medio de autoridades humanas para lograr sus propósitos y darme protección, dirección y provisión.

El Principio de la Responsabilidad
Reconocer que soy responsable ante Dios por cada pensamiento, palabra, acción, actitud y motivación y que debo resolver toda ofensa pasada, contra Dios y contra otros.

El Principio del Sufrimiento
Reconocer con gusto la disciplina del Señor y los pesares y heridas de la vida como necesarios para mi madurez y liderazgo futuro.

El Principio de la Propiedad
Saber que todo lo que tengo o tendré, me es confiado por el Señor y debe ser usado en formas que beneficien al Señor y las vidas de otros.

El Principio de la Libertad
Disfrutar del deseo y el poder para hacer lo que es correcto, en lugar de reclamar el privilegio de hacer lo que yo quiera.

El Principio del Éxito
Llenar mi alma con las Escrituras de modo que Dios pueda dirigir mis decisiones diarias conforme a la sabiduría de su Palabra